El privilegio de ayudar a tu equipo
Las personas que nos marcan son las que nos lideran desde el frente. Aunque las responsabilidades de un director o gerente no siempre lo permiten, hay que acostumbrarse a descender a la primera línea como una oportunidad de aprendizaje sensacional.
Es una actitud inhabitual y por eso llama mucho la atención. Aunque como líderes creamos que el trabajo nos desborda y que tenemos muchísimo que resolver, nuestros equipos también tienen que resolver cargas de trabajo extraordinarias. La frase «mi trabajo es ayudarte a hacer tu trabajo» si se demuestra in situ, cobra potencia.
Cuando pedimos un esfuerzo extraordinario a nuestra gente, siempre les motivará que nosotros nos pongamos a su disposición. Nuestro equipo sabrá que es un gesto, porque ese no es nuestro trabajo habitual, pero lo agradecerán.
Compartir el día a día con nuestros compañeros de línea es realmente un privilegio que muchos malos jefes se pierden. El momento ideal es cuando pedimos un esfuerzo extraordinario en tiempos de descanso, festivos o fin de semana. Es ahí donde hay que liderar con el ejemplo.
Es un regalo
Personalmente, ayudar a mi equipo lo considero un regalo divino, porque aunque suponga un pequeño sacrificio, se aprende lo que de otra forma sería imposible. Es una forma de convivencia profesional que sólo podríamos intuir desde un despacho.
Seamos revolucionarios, ayudemos a nuestro equipo desde el puesto de mayor riesgo y fatiga.
Carlos González de Escalada Álvarez
Doctor en Ciencias Sociales
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