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Este verano descansa bien, despreocúpate…

Para ser muy productivos tenemos que saber descansar. Un profesional que ha aprendido que al llegar a casa hay que «cambiar el chip» y hablar de todo menos de trabajo está en el buen camino y además es más feliz. El que además en verano deja el móvil durante horas para charlar, caminar o disfrutar de un libro, alcanza la categoría de héroe. Una persona que ha aprendido a descansar es mucho más productiva aunque resulte un reto lograrlo. La mente nos juega malas pasadas cuando se sale de un periodo de mucha actividad o preocupaciones. Para desconectar, lo primero que hay que hacer es proponérselo con humildad, primer paso de la adquisición de toda competencia nueva. Hay vida más allá de la pantalla de un móvil, en el que muchas veces derrochamos un tiempo precioso de nuestras vidas (que ya no recuperaremos).

El problema con estos teléfonos tan útiles es que no existe línea divisoria entre los profesional y lo personal. Saltamos de una a la otra sin solución de continuidad: mientras leemos la prensa o nos distraemos con las redes sociales, también entramos en los grupos del trabajo. De ahí a responder y trabajar hay un suspiro; nos comprometemos y nos preocupamos. Ello equivale a no desconectar nunca. Yo siempre le digo a mi equipo que sólo me llamen en caso de incendio en vacaciones, personalmente no me pesa mucho entrar en los grupos de trabajo, pero si estoy de permiso no entro ni intervengo para fortalecer así la estructura delegada que dejo detrás.

Apodera a tu segundo
Siempre recomiendo que un líder debe tener un segundo al mando. Esa persona necesita ejercitarse en la resolución de problemas y toma de decisiones («dirigir es decidir») y qué mejor momento que cuando nosotros no estemos activos. Si cuando estamos de descanso delegamos de forma reglada, cumplimos un doble objetivo: nos obligamos a descansar y estamos formando al segundo jefe y al equipo. Aprenden a trabajar con la misma efectividad cuando cambian las personas y los criterios.

En vacaciones, en puentes o los fines de semana es muy recomendable tener hobbies que requieran un ejercicio moderado y refuercen nuestros hábitos saludables. También nuevos retos intelectuales alejados de nuestra profesión. La vida activa nos ayuda a limpiar la mente y nos mantiene mucho más sanos. Personalmente, he tenido muchas de mis mejores ideas profesionales mientras hacía ejercicio. Si estamos relajados, todo se ve desde una perspectiva más favorable.

Por eso, en verano: descansa bien, despreocúpate y diviértete mucho.

 

Carlos González de Escalada Álvarez
Doctor en Ciencias Sociales

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